Dar no es algo que tenemos que hacer, el dar es un privilegio que podemos hacer.  Damos más allá de lo que se requiere de nosotros porque queremos ser como Jesús.  Nuestra motivación para dar es amor. Amamos a las personas y queremos alcanzarlas.  Somos personas generosas porque hemos sido amados por un Dios generoso y fiel y celebramos cualquier oportunidad de dar.

Cuando servimos a los demás demostramos el carácter de Jesús, servir es parte de nuestro ADN.

¡No hay excusas! La importancia de nuestra misión  sobre pasa cualquier descripción de trabajo. Nadie puede decir "ese no es mi trabajo".  Cualquier problema es problema de todos.

Personal, profesional y espiritualmente, los seres vivos crecen, las cosas que crecen cambian, y no nos disculpamos por el crecimiento de la iglesia.

Dios merece lo mejor de nosotros, incluso si toma más tiempo o requiere más energía. 

No te conformes con lo bueno solamente.

La gente te está mirando; demuéstrales con tu ejemplo.  La gente no te puede seguir a un lugar al qual no has ido.  ¡Sé el primero en dar el primer paso!